Tepoztlán, Tepozteco:


“... Sin embargo, no todo ha sido desalentador, pues hasta ahora se ha logrado la suspensión del absurdo proyecto de construcción del tren ligero a Cuernavaca. Interesante es la carta dirigida a un alto personaje de la política mexicana sobre el asunto en cuestión, y cuya parte medular se transcribe: "Con el debido respeto, me permito dirigirme a usted, por especial encargo de los miembros del Supremo Consejo de Ancianos de las tribus autóctonas de Amerrikua, el más antiguo continente, así como de los grupos de la mexicanidad, solicitando su valiosa intervención para un asunto de vital importancia, no solo para México, sino para el planeta, en relación con la construcción del tren ligero a Cuernavaca, que ya se ha iniciado por parte de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA), para lo cual se está perforando el cerro del Tepozteco, en Morelos".
"El Tepozteco, como usted bien sabe, constituye una cadena montañosa conectada con Chalma en el Estado de México, considerado como un gran santuario por todas las tradiciones antiguas, muy ligado a mitos y leyendas; lugar de excepcional fuerza magnética o de verdad y vida; uno de los principales ombligos del mundo y sitio de poder, razón por la que se celebran constantemente rituales indígenas".
"Para nuestros antepasados, el planeta es un ser vivo que forma parte del universo al igual que la humanidad y los reinos animal, vegetal y mineral, pues constituye una unidad en la que todos sus componentes tienen una función precisa de dependencia recíproca, que hacen del todo una perfecta armonía, toda vez que el cosmos es una unidad cambiando constantemente y permaneciendo siempre igual".
"En el planeta Tierra, como en todo el cosmos, existen lugares de especial fuerza magnética que no pueden ser tocados sin afectar al cuerpo mismo y a la totalidad; son vehículos por los que fluyen las corrientes sanguíneas y nerviosas y mantienen correspondencia con los demás organismos del sistema planetario, alimentando determinados ganglios, por así decirlo, a través de corrientes magnéticas y de conductos circulatorios con funciones similares a las glándulas de secreción interna del hombre".
"El Tepozteco constituye precisamente uno de los más importantes ombligos de la Tierra, y la obra que se ha iniciado ya necesariamente afectará su mecanismo, su equilibrio y su armonía, lo que podría provocar una desviación del eje y, consecuentemente, una modificación de los continentes, similar a la ocurrida hace catorce mil años y que trajo como consecuencia el hundimiento de la Atlántida".
"Independientemente, la montaña en cuestión está totalmente esculpida por excelsos artistas de una humanidad ya desaparecida, que dejaron un mensaje de verdades eternas para beneficio de generaciones posteriores, lo que irremediablemente será destruido por los explosivos y la demoledora maquinaria que ya se está usando para una finalidad tan trivial, como el tren ligero. Es por ello que mis representados en este trascendental problema, apelan a su buen juicio y a su reconocida buena voluntad, para evitar se profane ese santuario, uno de los lugares más poderosos del planeta, y se destruya el colosal templo escultórico y, principalmente, para prevenir un desastre ecológico. Es menester insistir en el hecho de que las maravillosas zonas arqueológicas no se construyeron para esparcimiento de turistas ni para beneficio de mezquinos intereses, sino tienen una función exacta y definida de equilibrio universal, concebida por humanidades muy evolucionadas. Por tanto, constituye un deber su protección y mantenimiento."
"Bruma en el reflejo": Francisco Lerdo de Tejada pags. 156 a158

Manifiesto de Tepoztlán (1974):
Estas palabras pretenden reunir espiritualmente a los seres humanos que están ya convencidos:
- de que una humanidad, tan importante como la nuestra, fue “raída de la faz de la tierra” por un desplazamiento de las aguas del planeta;
- de la necesidad de ubicar los bosques sagrados, las montañas sagradas y las cavernas subterráneas, donde esa humanidad utilizó las fuerzas cósmicas y telúricas para devolver a los hombres el equilibrio físico y sicológico.
- de la necesidad de descubrir y habilitar esas cavernas, que hicieron posible durante el cataclismo de Noé la salvación de algunos grupos humanos, escogidos y entrenados para realizar una misión: la salvación en ellos de la simiente humana;
- de la necesidad de salvar los mitos, las leyendas, los conjuntos simbólicos, las nociones del tesoro y las concepciones de los libros sagrados: la revelación tradicional, que heredamos y debemos entregar a una nueva humanidad;
- de que ese acervo es indispensable en cada humanidad para la salvación del héroe: se trata de la posibilidad del superhombre.
Se reunirán así, aunque no lleguen a conocerse nunca, todos aquellos que consideran con angustia el futuro y que buscan, en la más alta sabiduría y en las profecías, la salud y la salvación para pequeños grupos humanos en el mundo físico. Contribuirán también a la preparación sicológica de los elegidos.
Solamente esta unión para tan altos fines puede dar sentido a nuestras vidas ante catástrofes cíclicas inevitables.
* Recuerde estas palabras. Únase a los propósitos que expresan. Muy pronto, la fuerza de un millón de voluntades silenciosas y desinteresadas se hará sentir, y crecerá cada día. El manifiesto de Tepoztlán está haciendo ya su camino.
Lector: americano de hoy, desciendes de las razas atlantes que se salvaron del "diluvio" en las Arcas de Piedra de sus Montañas Sagradas. Las de Tepoztlán están presididas por la Estatua de Tepozteco, hijo de Quetzalcoatl, el Dios del viento y lucero de la mañana. ...”
“El Valle Sagrado de Tepoztlán”: Ruzo, Daniel


EL PLANETA QUE VUELA COMO UN ANGEL
Cielo e infierno unen sus fuerzas para acudir en ayuda de la unidad cuando un peligro la acecha; así el mundo mágico del Mito y la Leyenda se ve iluminado por la luz poderosa de todo lo positivo y los poderes de las tinieblas a la vez.
En este mágico e intangible mundo no hay lugar para la fuerza física. Éstas resultan impotentes porque cada mundo tiene sus leyes y en sí mismo es una unidad. Por esa razón, tampoco pueden las fuerzas mágicas tener éxito en el mundo de la forma, en la tercera dimensión, en la que vivimos.
Esto señala el motivo por el cual los dioses representan la necesidad de ayuda para las grandes finalidades de la Tierra no solo en la física y en la química del planeta sino también en las fuerzas celestes e infernales que juegan a la luz de los hechos.
Mitos y Leyendas son palabras derivadas del griego y están referidas especialmente a la religiosidad de los pueblos de civilizaciones ya extinguidas o de antigua data.
La creación del mundo, sus orígenes y seres divinos o sobrehumanos son los referentes más sobresalientes; genealogías, aventuras y actividades de los mismos, su temática.
Cada etnia, cada pueblo, cada tribu, categoría o familia tiene su propia y significativa mitología con creencias naturalistas que se ven amalgamadas dando origen a un complejo sistema de mitos y cosmogonías, agregando atributos superlativos y soberanos a los seres que los conforman.
Resulte creíble o no, nuestro planeta todo, tiene una única tradición en ese sentido y ella se va trasmitiendo. Por supuesto, que en cada región y en cada momento histórico, ha sufrido cambios y mutilaciones, pero las verdades que la fundamentan, sólo se renuevan llevando mensajes hacia el futuro, siempre siguiendo los cambios comvulsionantes de la Tierra.
La tesis fundamental de la teoría que abordamos hoy, dice que nuestro planeta es un ángel que vuela en el espacio y que al igual que el ser humano tiene cuerpo, alma y espíritu y que sus minerales, sus vegetales, sus animales y la humanidad del momento crea esos superhéroes andróginos que nos resultan incomprensibles e invisibles porque son cuerpos de energía.
Al pasar los siglos, la esencia de los seres vivos que van habitando el planeta es la que genera esos dioses o héroes que sólo intervienen cuando las desviaciones de los hombres, las catástrofes naturales o los cataclismos cósmicos hacen peligrar su evolución. La Humanidad desaparecida, deja los fragmentos mitológicos que perduran, una especie de catálogo de acervo científico y cultural que se convierten así en una ciencia mágica que los conjuga y los transmite; por lo cual el mito es considerado como una síntesis gráfica y memotécnica de la Cuarta Humanidad; nosotros actualmente somos la quinta, el quinto Sol, el del movimiento, como dicen los Aztecas.
Cada Dios, Semidiós o Héroe va representando un cuerpo del mundo físico-químico, un alma del mundo mágico-psicológico y una realidad cósmica-espiritual.
Lo increíble es que bajo un mismo nombre se va superponiendo en diferentes personajes que se repiten en Oriente y Occidente, en Europa más específicamente y en América. Cada mito fue preservado según las regiones para evitar su muerte. Sólo los símbolos parecen distintos pero encierran la misma verdad. Quizá Quezacoatl, Kukulkan, Viracocha sean un mismo y único personaje, dios o héroe.
Los dioses universales son generados por la acción de la Santísima Trinidad en todo el Universo; en nuestro planeta están divididos en Celestes, Terrestres e Infernal; viven en la luz directa, la luz reflejada o las tinieblas, según el plano de existencia. Ellos se ven en las mitologías del centro de México; el país atlante, aunque barrido por olas imponentes, no desapareció bajo las aguas y aparece en TEPOZTLAN.
La Humanidad futura, que deberá llevar nuestra propia sangre, debe surgir de grupos para los cuales la salvación es una obligación, legándoles una vez más posibilidades de vida en un planeta al borde de la devastación.
La misión de nuestro destino humano es aprender a leer en los símbolos que nos develen los personajes mitológicos y los planos secretos.
En este siglo que se inicia y de acuerdo al movimiento de los astros serán redescubiertos y utilizados templos subterráneos, con una matemática muy avanzada; el valle sagrado de Tepoztlan permitirá trabajar con precisión y con la expresión de su más alta filosofía y elevada religiosidad, en este redescubrimiento analizando sus montañas y monumentos sagrados.
La tradición hablada tiene que estar de acuerdo con las estatuas de piedra porque ambas perpetúan un mismo mensaje.
Los personajes y los símbolos grabados en la roca han quedado invariables defendidos de la destrucción de los conquistadores españoles, a través de un silencio sagrado, esos hombres del otro lado del Atlántico, que vinieron desde el Este, como Quezacoatl y Kukulkan , los dioses o héroes míticos esperados en el siglo XVI.
Los mexicanos de ahora no se sienten depositarios de esos secretos que han sido legados de boca a oreja, por miles y miles de años.
Los han estudiado durante medio siglo, allí en las rocas talladas de los tres continentes; pero después de 500 años (1492-1992) empiezan a sentir que ya es hora, que unidos en una sola raza nueva, empiecen a descubrir y dar a conocer los mensajes eternos que encierran sus montañas, sus huacas, sus templos sagrados.
El pacto de silencio ha terminado; todos están relevados del juramento ancestral; hay que seguir investigando para que la oscuridad se vaya definitivamente y se haga la luz de los nuevos tiempos.
“El Valle Sagrado de Tepoztlán”: Ruzo, Daniel



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